ROMEO Y JULIETA, acto I, escena II

Escena II
(Comentario Cuadro de texto (Una Calle)
(Entran CAPULETO, PARIS y un CRIADO.)

CAPULETO
Y Montagüe está sujeto a lo mismo que yo, bajo pena igual; y no será difícil, en mi concepto(110), a dos personas de nuestros
años el vivir en paz.

PARIS
Ambos gozáis de una honrosa reputación y es cosa deplorable que
hayáis vivido enemistados tan largo tiempo. Pero tratando de lo
presente, señor, ¿qué respondéis a mi demanda?

CAPULETO
Repetiré sólo lo que antes dije. Mi hija es aún extranjera en el
mundo, todavía no ha pasado los catorce años; dejemos palidecer
el orgullo de otros dos estíos antes de juzgarla a propósito para el
matrimonio.

PARIS
Algunas más jóvenes que ella son ya madres felices.

CAPULETO
Y esas madres prematuras se marchitan demasiado pronto
La tierra ha engullido todas mis esperanzas, sólo me queda Julieta:
ella es la afortunada heredera de mis bienes. Hacedla empero
la corte, buen Paris, ganad su corazón, mi voluntad depende de la suya.
Si ella asiente, en su asentimiento irán envueltas mi aprobación y
sincera conformidad. Esta noche tengo una fiesta, de uso tradicional en
mi familia, para la cual he invitado a infinitas personas de mi aprecio;
aumentad el número, seréis un amigo más y perfectamente recibido en
la reunión. Contad con ver esta noche en mi pobre morada terrestres
estrellas que eclipsan la claridad de los cielos. El placer que
experimenta el ardoroso joven cuando abril, lleno de galas, avanza
en pos del vacilante invierno, lo alcanzaréis esta noche en mi fiesta,
al hallaros rodeado de esas frescas y tiernas vírgenes. Examinadlas
todas, oídlas y dad la preferencia a la que tenga más mérito. Una de las
que entre tantas veréis será mi hija, que aunque puede contarse
entre ellas, no puede competir en estima. -Vaya, seguidme. -Anda,
muchacho, échate a andar por la bella Verona, da con las personas
cuyos nombres se hallan inscritos en esa lista (Le da un papel) y
diles que la casa y el dueño están dispuestos para obsequiarlos.
(Vanse CAPULETO y PARIS.)

CRIADO
¿Dar con las personas cuyos nombres se hallan inscritos aquí?
Escrito está que el zapatero se sirva de su vara, el sastre de su
horma, el pescador de su pincel y el pintor de sus redes; pero a mí se me
envía en busca de las personas cuyos nombres se hallan escritos aquí
,cuando yo no puedo hallar los nombres que aquí ha escrito el
escritor. Tengo que dirigirme, a los que saben. [A propósito.]
(Entran BENVOLIO y ROMEO.)

BENVOLIO
¡Bah! querido, un fuego sofoca a otro fuego, un dolor se aminora por
la angustia de otro dolor: hazte mudable y busca remedio en la contraria
mudanza; cura una desesperación con otra desesperación, haz
que absorban tus ojos un nuevo veneno y el antiguo perderá su
ponzoñosa acritud.

ROMEO
La hoja de llantén es excelente para eso.

BENVOLIO
¿Quieres decirme para qué?

ROMEO
Para vuestra pierna rota.

BENVOLIO
¡Qué, Romeo! ¿estás loco?

ROMEO
No, pero más atado que un demente; sumido en prisión, privado de
alimento, vapuleado y atormentado y... -Buenas tardes, amigo.

CRIADO
Dios os la dé buena. -Con perdón, señor, ¿sabéis leer?

ROMEO
Sí, mi propia fortuna en mi desgracia.

CRIADO
Quizás lo habéis aprendido sin libro; mas decidme, ¿podéis leer todo
lo que os viene a mano?

ROMEO
Cierto; si conozco los caracteres y la lengua.

CRIADO
Habláis honradamente: que os dure el buen humor.

ROMEO
Esperad, amigo; sé leer.
(Lee.)
«El señor Martino, su esposa y sus hijas; el conde Anselmo y sus
preciosas hermanas; la señora viuda de Vitrubio; el señor Placencio y
sus amables sobrinas; Mercucio y su hermano Valentín; mi tío
Capuleto, su mujer y sus hijas; mi bella sobrina Rosalina; Livia; el
señor Valentio y su primo Tybal; Lucio y la despierta Elena.»
Bella asamblea; (devolviendo la lista)¿dónde deben reunirse?

CRIADO
Allá arriba.

ROMEO
¿Dónde?

CRIADO
Para cenar; en nuestra casa.

ROMEO
¿La casa de quién?

CRIADO
De mi amo.

ROMEO
En verdad, debí haber comenzado por esa pregunta.

CRIADO
Voy a responderos ahora sin que preguntéis. Mi amo es el ricachón
Capuleto y si no pertenecéis a la casa de Montagüe, id, os lo
recomiendo, a apurar una copa de vino. Pasadlo bien.
(Vase.)

BENVOLIO
En esa antigua fiesta de los Capuletos, en compañía de todas las
admiradas bellezas de Verona, cenará la encantadora Rosalina, a quien
tanto amas. Asiste al convite; con imparcial mirada compara su rostro
con el de otras que te enseñaré y te haré ver que tu cisne es un cuervo.

ROMEO
¡Cuando la fervorosa religión de mis ojos apoye tal mentira que en
llamas se truequen mis lágrimas! ¡Que estos diáfanos
heréticos, que a menudo se anegan sin poder morir, se abrasen por
impostores!¡Una más bella que mi amada! El sol, que ve
cuanto hay, nunca ha visto otra que se le parezca desde que el mundo es
mundo.

BENVOLIO
¡Callad! La habéis encontrado bella no teniendo otra al lado, su
imagen con su imagen se equilibraba en vuestros ojos; pero en esas
cristalinas balanzas contrapesad a vuestra adorada con alguna otra
joven que os enseñaré brillando en la próxima fiesta y en mucho
amenguará el parecido de esa que hoy se os muestra por
encima de todas.

ROMEO
Iré contigo, no para ver esa supuesta belleza, sino para gozar en el
esplendor de la mía.
(Se marchan.)