ROMEO Y JULIETA, acto III, escena IV,

Escena IV
(Un aposento en la casa de Capuleto.)
(Entran CAPULETO, la señora CAPULETO y PARIS.)

CAPULETO
Han acontecido, señor, tan desgraciados sucesos que no hemos
tenido tiempo de prevenir a nuestra hija. Considerad, ella profesaba
un tierno afecto a su primo Tybal, y yo también. Sí, helaos nacido para
morir. -Es muy tarde; ella no bajará esta noche. Os respondo que a
no ser por vuestra compañía ya estaría en la cama hace una hora.

PARIS
Tan turbio tiempo no presta tiempo al amor. Buenas noches, señora,
saludad en mi nombre a vuestra hija.

LADY CAPULETO
Con placer, y mañana temprano sabré lo que piensa. El pesar la tiene
encerrada esta noche.]

CAPULETO
Señor Paris, me atrevo a responderos del amor de mi hija.
Pienso que en todos conceptos se dejará guiar por mí; digo más, no lo
dudo. -Esposa, pasad a verla antes de ir a recogeros; instruidla sin
demora del amor de mi hijo Paris; y prevenidla, escuchadme bien, que
el miércoles próximo. -Mas poco a poco; ¿qué día es hoy?

PARIS
Lunes, señor.

CAPULETO
¿Lunes? ¡Ah! ¡Ah! Sí, el miércoles es demasiado pronto: que sea el
jueves. -Decidla que el jueves se casará con este noble conde. -¿Estaréis
dispuesto? ¿Os place esta precipitación? No haremos gran ruido.
Un amigo o dos; -pues, parad la atención: hallándose tan reciente el
asesinato de Tybal, podría pensarse que nos era indiferente como
deudo, si nos diésemos a grande algazara. En tal virtud, tendremos una
docena de amigos, y punto final. Pero, ¿qué decís del jueves?

PARIS
Señor, quisiera que el jueves fuese mañana.

CAPULETO
Vaya, retiraos. Queda pues aplazado para el jueves. -Vos, señora, id
a ver a Julieta antes de recogeros, preparadla para el día del desposorio.
-Adiós, señor. -¡Hola! ¡Luz en mi aposento! Id delante. Es tan
excesivamente tarde que dentro de nada diremos que es temprano.
Buenas noches.
(Vanse.)